Aunque hasta no hace mucho tiempo, las alergias eran padecimientos
poco frecuentes, la contaminación ambiental, el uso de sustancias
tóxicas, el adelgazamiento progresivo de la capa de ozono y el estilo de
vida actuales, han aumentado la cifra de personas que padecen alergias
de una forma alarmante. Todavía no se conocen claramente los mecanismos
de acción de esta reacción del sistema inmunitario, por lo que no existe
cura para la alergia. Por ello es imprescindible conocer cómo prevenir
las alergias en el hogar, para evitar sus consecuencias.
Cuando padecemos alergia, lo ideal sería evitar por completo los
factores alergénicos, pero esto resulta imposible, siempre existirá
alguno de estos elementos que logre llegar hasta nuestro organismo por
diversas vías: inhalación, ingestión, inyección, contacto con la piel o
las mucosas. De modo que lo único que nos queda es tratar de minimizar
su presencia en el hogar y en el entorno que podamos dominar.
Consejos para prevenir las alergias en el hogar
Entre los elementos comunes que más alergias ocasionan están: el
polvo, el polen, los hongos. Para evitarlos es necesario tomar una serie
de precauciones y medidas higiénicas que reducirán sustancialmente su
presencia en nuestro hogar.
Para comenzar, no debemos dormir con las ventanas abiertas, a menos
que no tengamos otra forma de combatir el calor, pues los alérgenos
externos penetran mientras estamos más vulnerables, ya que al estar
acostados, los pulmones tienen más dificultades para deshacerse de las
sustancias agresivas. Los purificadores de aire y acondicionadores de
aire permiten filtrar el aire y eliminar muchos de los factores
alergizantes.
Los días ventosos son un factor de riesgo para los alérgicos, pues el
polen, hongos y demás sustancias se transportan con mayor facilidad y
penetran en las casas y en las vías respiratorias. Es aconsejable
mantener las ventanas cerradas en esos días, siempre que sea posible.
También se recomienda evitar las salidas dentro de lo razonable. Si se
viaja en coche, es mejor mantener las ventanas cerradas.
La higiene del hogar es fundamental para eliminar el polvo y otro
agentes alergénicos. No se debe barrer el piso, sino que utilizaremos la
aspiradora o el paño húmedo. Lo mismo al remover el polvo de los
muebles, utilizaremos un paño humedecido. Digamos, NO, a los plumeros,
ya que contribuyen a diseminar las partículas nocivas por las
habitaciones.
Evitar en lo posible los objetos que acumulen polvo es una buena
forma de prevenir alergias. A menos que sea necesario, evitaremos el uso
de alfombras, cortinas, almacenar trastos viejos, objetos en desuso,
etc. Podemos también sustituir los tapizados de tejidos por tapizados de
cuero o cuero sintético, que acumulan menos polvo y son fáciles de
limpiar, apenas empleando un paño húmedo.
Los peluches, son uno de los principales alérgenos que provocan
episodios en los niños, por eso los reduciremos en lo posible y los
guardaremos en una bolsa plástica transparente para evitar que acumulen
polvo mientras no se utilizan. También deben lavarse en lavarropas
regularmente sin utilizar suavizantes de ropa o perfumes.
Los placares y armarios son otra fuente de polvo y hongos, por lo que
evitaremos la humedad y acumulación de polvo en su interior. Es
necesario pasar la aspiradora cada 15 días por el interior de todos los
muebles. Para evitar la humedad podemos utilizar deshumidificadores o
bolsitas con gel de sílice granulado (silica gel) en cada estante o
repartición de los armarios. También debemos evitar guardar ropa húmeda,
esto contribuye a la aparición de hongos.
Los ácaros son otro de los grandes enemigos de los alérgicos, estos
pequeños terroristas se alojan principalmente en los colchones,
almohadas, sofás, alfombras y todo elemento del hogar que les ofrezca
una cama mullida. Además de la higiene, se recomienda colocar fundas
plásticas con cremallera a estos elementos. Si bien es bastante
incómodo, nos permitirá evitar los ácaros.
Los animales domésticos no son buenos amigos de los alérgicos, su
pelo, caspa y saliva suelen desencadenar reacciones variadas. Si de
todas formas tenemos animales, deben bañarse semanalmente para eliminar
la caspa.
Como ya dijimos, los dormitorios son los espacios más vulnerables del
hogar, pues allí es donde dormimos. Deben mantenerse siempre limpios y
libres de polvo y hongos.
En el hogar en general, mantendremos las mismas medidas higiénicas.
Los insectos son otro de los problemas difíciles de resolver. Por un
lado, debemos evitarlos, pero por otro, los insecticidas son de las
sustancias más perjudiciales para los alérgicos. Por este motivo, no nos
queda otro remedio que intensificar la higiene, para que el hogar no
les resulte atractivo y recurrir a ahuyentadores alternativos
(ultrasonido, insecticidas naturales, etc.).
Los desodorantes ambientales son elementos alergénicos también, de
modo que los evitaremos. No se deben mantener plantas de interior, pues
la tierra húmeda genera hongos y las plantas atraen insectos.
Las humedades del hogar deben evitarse con un buen mantenimiento de
paredes y techos. Las pinturas acrílicas contribuyen a evitar la
formación de hongos. El humo de cigarrillos, los perfumes, detergentes,
sustancias químicas, solventes, etc., contribuyen a la aparición de los
síntomas de las personas alérgicas, por lo que deben evitarse en el
hogar.
El jardín es otro elemento que puede ocasionar alergias, de modo que
si tenemos jardín en casa, evitaremos las plantas alergénicas, el uso de
pesticidas, realizar tareas de mantenimiento si somos alérgicos, la
presencia de animales, entre otros. Es preferible que el jardín esté
pavimentado y colocar alguna planta en macetas. Otra forma de reducir la
superficie de tierra es colocar césped en los canteros.
Con estas medidas no evitaremos completamente los episodios
alérgicos, pero sí, los mantendremos a raya. Por el momento, es lo mejor
que podemos hacer para combatir las alergias.
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