No puedo decir que lo logramos, porque seamos sinceros… jamás en nuestros más hermosos sueños nos propusimos esto: la Vinotinto en el cuarto lugar de una Copa América, por encima de Brasil, Argentina, Chile, Paraguay, y hasta la misma Colombia. Eso ni el más atrevido de los comerciales que día a día explotan nuestro sentimiento por la camiseta, se atrevió a pronosticar. Menos aún enfrentándonos en cada partido contra 15 jugadores, (11 rivales, 3 árbitros y la Conmebol) y aun así miren lo que hemos logrado. Esto lo escribo luego de perder dignamente frente a la selección peruana. Que al parecer ha despertado ciertos recelos por los fanáticos del presente de la Vinotinto, pues bueno para ellos he dirigido estas letras.
El motivo de estas reflexiones no es para que nos veamos como los fanáticos de la Vinotinto, exitosa y triunfadora de hoy, no, estas letras van para los fanáticos de la Vinotinto que fue hace unos días a Argentina a competir por “una buena actuación en la copa”, (esa frase que por lo menos a mi me remordía el estomago porque no se nos estaba permitido ni siquiera decir que aspirábamos ser campeones) estos fanáticos que ya usaban su camiseta con orgullo y se concentraban en las plazas, bares, restaurantes, casas y puestos de perro caliente con televisores, para ver jugar a su equipo, a los que le mentaron la madre, el padre y los tíos a los árbitros, a la Conmebol, y a todos los que se dedicaron a hacer lo posible y lo imposible por opacar a la Vinotinto. Desde un camerino sin calefacción hasta detener el autobús porque otra selección de más “nombre” venía llegando. A esos fanáticos que le montaron el chalequeo más espectacular, jamás visto, por estos lados a una televisora y una empresa chilena por burlarse de nuestro equipo. En fin, a ellos les hablo: amigos fanáticos del pasado, serían tan amables de explicarles a estos fanáticos del presente que por muchos años lloraron, se arrecharon y lamentaron porque no podíamos alcanzar las metas que nuestros corazones querían que el equipo alcanzara. Explíquenle que ustedes sólo tienen la esperanza de que Venezuela juegue dignamente, y si perdemos lo hagamos con honor y garra en la cancha, menciónenle que ustedes darían todo por ver a la Vinotinto llegar a cuartos de final, y que ojalá y Dios nos ayudara a llegar a semifinales, y exíjanle que hoy se pongan con orgullo la camisa de la Vinotinto si se llegara el milagro de quedar de cuartos en esta Copa América.
Por último, este mensaje va de los fanáticos del pasado a los fanáticos del presente para con los fanáticos del futuro: compas, mañana cuando llegue la Vinotinto, “siémbrense” desde la mañana en el aeropuerto, instálense en Catia, “sóldense” en Plaza Venezuela y “monten una carpa” en la Plaza Alfredo Sadel, para que esos héroes que admiramos los fanáticos del pasado que hoy agradecemos a los fanáticos del presente, sean homenajeados como héroes por los fanáticos del futuro.
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